Me sorprendió lo fácil que fue entrar. Simplemente empujando una puerta. El olor era penetrante. Al entrar a la primera pocilga todos los cerdos se levantaron asustados. Sus tristes ojos nos miraban. Me sentà muy mal. Me avergonzaba de pertenecer a una especie capaz de ser tan cruel. Entonces grabamos el video, hable nerviosa e intente expresar lo que veÃa, aunque sabia que no habÃa palabras para describir aquello. Ese miedo, ese dolor que deben sentir…
Cada vez que entrábamos a una habitación me sobresaltaba el ruido que hacÃan al levantarse. SeguÃa sintiendo vergüenza ante ellos. Aunque soy vegana, a sus ojos posiblemente solo sea una verduga más. También me sentà mal por ello, por no poder ayudarles. Espero que haber colaborado en reflejar su sufrimiento pueda servir de algo. Que sea un paso mas hacia su libertad. Aunque me apene pensar que ellos no lo verán.