Al acercarse a una granja, solo al acercarse se nota en el ambiente un hedor insoportable, pero cuando traspasas la puerta, sientes algo que jamás deberÃa sentir ningún ser. Cuando traspasas esa barrera, jamás puedes olvidar lo que vas a ver, lo que vas a sentir. Sientes el miedo que tienen todos esos seres que están en condiciones deplorables.
La primera sensación es miedo, puedes sentir en tu cuerpo el miedo, les miras a los ojos y sabes que te están pidiendo clemencia, que saben cual es su destino, la muerte. Pero eso no es lo peor, lo peor es como malviven sus dÃas en este mundo, entre rejas que no les dejan ni siquiera ponerse en pie o darse la vuelta, llenos de suciedad, de sus propias heces, sin comida, sin agua, alimentándose de lo único que tienen, que son sus propias heces.
Da igual si están enfermos o agonizantes todos viven juntos, sin espacio, con ratas a su alrededor y todo tipo de suciedad. Cuando entré en una de estas granjas, por llamarlas de algún modo, por que en realidad lo que son, son campos de exterminio, lo que sentà fue un nudo en mi corazón de impotencia y vergüenza por pertenecer a la raza humana, no entendÃa ni entiendo como un ser humano puede hacer algo asà con un ser vivo que siente como nosotros. Después lo que sentà es algo indescriptible, por muchos videos y explicaciones que me habÃan dado de como eran estos sitios, si no lo vives en primera persona, nunca puedes hacerte ni la mas mÃnima idea de como son. Sentà miedo, impotencia por no poder hacer nada por ellos y ganas de llorar, las lagrimas bañaban mis ojos, las arcadas y ganas de vomitar invadÃan mi estomago, aquello superaba todo lo que hasta el momento habÃa visto.
Lo único que en ese momento pensaba era que lo mejor que les podÃa pasar a esos pobres seres era no haber nacido nunca, y eso es lo que sigo pensando. Lo que me ha quedado muy muy claro es que el peor ser que habita en este planeta, sin duda, es el ser humano.