El castigo en el infierno normalmente se corresponde a los pecados cometidos en la vida. A veces, estas distinciones son específicas, con almas condenadas sufriendo por cada mal cometido (como por ejemplo "El mito de Er" de Plato o "La Divina Comedia" de Dante), y en ocasiones son de carácter general, con pecadores siendo relegados a uno o más cuartos del infierno o el nivel de sufrimiento.
En los últimos años, me ha quedado claro que para muchos, la muerte es la única manera de escapar del infierno. No importa que hay después, porque lo peor ya han vivido. Sartre era consciente de ello: según él, el infierno son los demás. Nuestras acciones tienen un impacto en las vidas de muchos y, muchas veces sin saber, creamos un infierno para ellos.
El infierno existe. Cada lugar de explotación de animales no humanos es la realización de ello. No es abstracto, sino real por cada animal explotado. El pecado es la especie a la cual pertenece; nosotros, que participamos en su esclavitud, somos sus demonios. No necesitamos la oración para salvar sus "almas"… sino tenemos que asumir nuestra responsabilidad hacia sus vidas.