Iván Guijarro
| MiĂ©rcoles 26 Mayo 2010Han sido meses de intenso trabajo. De noches y noches sin dormir. De una dedicación constante, de un gasto de dinero y energía muy grande. Y el resultado ha sido sobrecogedor. Cientos de miles de animales heridos, agonizando, muriendo delante nuestro, mordiendo los barrotes de sus jaulas, naciendo entre excrementos, exhalando su último aliento, respirando toda su vida sus propias heces, siento mutilados, comiéndose unos a otros, madres viendo morir a sus bebés……